Pirámides de Giza

Pirámides de Giza

Visitar las pirámides de Giza es uno de los mayores deseos de cualquier persona a lo largo de su vida. Se trata de unas pirámides construidas sobre el sigo XXVI a. de C., y que pese al pase de los tiempos, se conserva relativamente bien. Son actualmente la única de las 7 maravillas del mundo antiguo que se conserva.

Pirámide de Kefrén

Estas pirámides, en su momento de máximo esplendor, estaban forradas en mármol blanco, sobre un suelo de basalto negro, logrando un efecto de resplandor al impactar sobre ellas los rayos del sol.

Solamente en una de las tres pirámides principales, la de Kefrén, se conserva parte de este recubrimiento en su zona más alta, que nos permite apreciar cómo de lisa era la superficie de las pirámides en su origen, ya que actualmente muestran un perfil escalonado, al que por cierto no está permitido subir, y para ello hay ubicados policías cada pocos metros que las custodian.

Parte superior Kefrén

Para los turistas que quieran entrar en ellas, se conceden un número limitado de entradas cada día, por lo que conviene ir temprano si se pretende adentrarse en los estrechos conductos que nos llevarán hasta el corazón de cada pirámide. Evidentemente, se desaconseja la entrada a las personas con problemas respiratorios o que padezcan claustrofobia.

Junto a las 3 principales pirámides, existen otras tres pirámides subsidiarias, de menor tamaño pero similar construcción, y a las que posiblemente nos permitirán acceder libremente, lo que nos permitirá hacernos una idea de cómo es una pirámide por dentro sin sufrir demasiado agobio en su interior.

Paseo en dromedario

Paseos en dromedario

Existe la posibilidad de realizar una travesía en dromedario desde la ciudad hasta las pirámides, atravesando una parte del desierto. La travesía es una experiencia interesante, y podremos ver las pirámides desde otro ángulo y tener unas bonitas fotografías nuestras montados en tan peculiares criaturas, con un telón de fondo tan espectacular como son las pirámides de Giza.

Aunque no se tenga experiencia, el paseo es muy relajante, ya que los dromedarios van muy despacio y son relativamente cómodos.